Tras el hundimiento de Carrió en las urnas –subrayado por su no concurrencia al diálogo–, ya es obvio que el candidato del denominado Acuerdo Cívico ha de ser Cobos. A pesar de sus desaires al radicalismo –tanto en la última elección como antes en Mendoza–, en la UCR ahora se subordinan a su voluntad, en la medida en que la imagen positiva del vicepresidente los doblega.
Sobreviene la inevitable pregunta: ¿a qué juega el Partido Socialista en todo esto?
Giustiniani perdió en Santa Fe, a pesar de una muy buena elección de su agrupación.
Resultado: es obvio que Binner no puede aspirar a la candidatura máxima. Además, perdería ampliamente en cualquier compulsa interna contra el radicalismo, que tiene una estructura abrumadoramente superior a nivel nacional. Por ello, el socialismo ya no puede aspirar a conducir –siquiera por vía candidaturas, ya que nunca por mayoría numérica– el Acuerdo Cívico. Ergo: si se queda allí, será comparsa segundona del cobismo.
Flojo negocio ir como furgón de cola, y para colmo, hacerlo con alguien que no le hace ascos a la derecha (desde el telefonazo a Menem, a la reunión con De Narváez).
Claro que Giustiniani ha dado claras muestras de vocación seguidista, haciendo a su partido indistinguible de la Mesa de Enlace y de la oposición salvaje. De tal manera, es esperable que el senador quiera jugar como “legitimador progresista” del cobismo, subordinándose al mismo. Pero no es tan obvio que Binner esté dispuesto a ese papel y menos aún que lo estén todos en su partido. Como ejemplo, baste advertir que el socialismo de Mendoza (el que conoce a Cobos de cerca, el que recuerda su desmanejo cuando gobernador en un tema clave como seguridad) no fue a la elección con el acuerdo entre el radicalismo y Carrió. Entendió que no podía ponerse al socialismo dentro de una coalición que no lo representa ideológicamente.
Es que –con una figura de peso como Binner–, el socialismo puede aspirar a no ser socio menor de la derecha, jugando en cambio a ser parte constituyente del nuevo conglomerado de izquierda que se avizora, junto a sectores como los representados por Sabbatella, por Solanas/Lozano, e incluso por el kirchnerismo. En ese espacio jugaría con mejores posibilidades de liderazgo que las que tiene con el cobismo, además de que contribuiría a la reconstitución de una alternativa popular a nivel nacional.
Mientras, Giustiniani se reúne con los radicales. Pero no desconoce que, al interior de su partido, un áspero debate recién empieza.
* Doctor en Psicología, profesor de la Universidad Nacional de Cuyo.
2 comentarios:
El tiempo nos dirá como sigue la cosa, es hora de marcar una identidad partidaria y no hacer nuevamente un rejunte de gatos para lograr puestos!
Desde lo local sabremos que hacer, esperemos que desde arriba tambíen marchen para el mismo camino!
Basta de Radicalismo!!!!
qué miércole tiene que ver el PS con la UCR????
Por favor, si se es socialista, progresista, centroizquierda, no se puede ir con Carrió y Cobos.
Espero que las bases del Partido Soc. apuesten a la izquierda y nos dejemos de boludear.
Giustiniani te admiro, pero mandá a cagar a los gorilas esos con los que te juntás, sino sería una decepción y traición para todo el pueblo que espera ansioso la llegada de la centroizquierda verdadera al poder
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