Cuando en este país, donde todos bastardean sus ideas, sus palabras, las convicciones son acomodadas en función del calorcito del poder, cuando nada se pierde sino que todo se recicla; el valor de la palabra que ha tenido el gobernador de la provincia de Santa Fé, rechazando una candidatura presidencial, porque no era una construcción política sino un rejuntadero de votos, me parece que devuelve, oxigena a la República Argentina, cuestionando eso que tanto siente el habitante, el vecino, el ciudadano: que son todos mentirosos.
Acá hubo alguien que dijo NO a una candidatura a presidente porque sus convicciones le impedían conformar una alianza que en su momento, habiendo experimentado una situación similar, destruyó a los argentinos. Esto no lo exime de rendir cuentas de todos sus actos de gobierno.
Sentirnos orgullosos de que hay alguien que no rifa sus convicciones, que hay alguien que cumple con su palabra y no necesita de candidaturas, del poder por el poder mismo, sino que piensa primero en aquellos que lo honraron con su voto y cumple ese contrato virtual entre el elector y el elegido. (Fuente SantaFeDataOnline)
Acá hubo alguien que dijo NO a una candidatura a presidente porque sus convicciones le impedían conformar una alianza que en su momento, habiendo experimentado una situación similar, destruyó a los argentinos. Esto no lo exime de rendir cuentas de todos sus actos de gobierno.
Sentirnos orgullosos de que hay alguien que no rifa sus convicciones, que hay alguien que cumple con su palabra y no necesita de candidaturas, del poder por el poder mismo, sino que piensa primero en aquellos que lo honraron con su voto y cumple ese contrato virtual entre el elector y el elegido. (Fuente SantaFeDataOnline)
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